jueves, 6 de septiembre de 2012

votar, elegir, participar


Desde el año 2009 la Secretaría de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete de Ministros a cargo de Oscar González,  gestiona un programa nacional de promoción y apoyo al programa de CDE.  A través de este proyecto, los jóvenes de secundaria participan de dos procesos: primero de una elección;   arman las listas, hacen campaña, y se someten al voto de sus compañeros. Y luego son concejales durante unos meses: elaboran  proyectos, los debaten, los votan.
A veces resulta trabajoso convencer a los concejales, convencer a los responsables administrativos del HCD, convencer a los directivos de las escuelas (que dicen que a los chicos no les interesa, que tienen que trasladarlos fuera de la escuela y algunas otras objeciones) pero no es  difícil interesar a los chicos y trabajar con ellos.
Los representantes elegidos constituyen el CDE y legislan efectivamente sobre su ciudad. Trabajan, durante todo un año, con responsabilidad, pero sobre todo con entusiasmo. Son capaces de identificar los problemas que deben ser resueltos con una mirada totalizadora; no ven sólo los problemas de los jóvenes. Identifican los problemas de los viejos, de los discapacitados, de los niños. Entienden que están representando al conjunto, no a sus amigos. Proponen temas que tienen que ver con el ambiente, como el tratamiento de la basura o el arbolado público. Plantean problemas de transporte público urbano e interurbano, de cuidado de las personas, de ampliación de derechos.
Debaten abiertamente todos los temas. No siempre tienen toda la información (igual que cualquier legislador, a veces necesitan asesoramiento), pero discuten punto por punto, cada proyecto presentado por uno de ellos, teniendo en cuenta cómo gestionarlo y con qué presupuesto. Y si el presupuesto es alto, cuál es su prioridad para la ciudad.
Los proyectos que ellos aprueban deben ser tratadas por los Concejos Deliberantes de la Ciudad. Muchas veces se convierten en ordenanzas.
Participan los que están interesados en su comunidad, los curiosos, los inquietos,  muchas veces los mismos que participan de la feria de ciencias, de las olimpíadas matemáticas o de otros programas extraescolares. Pero son un  porcentaje importante. Rápidamente incorporan las reglas del juego, y juegan limpio. Investigan los temas, buscan la información que les falta, son generosos con las ideas ajenas. Es más de lo que muchos adultos pueden mostrar.

Si son capaces de hacer todo esto, ¿cómo no van a poder votar? Esos, los que participan, los curiosos, los inquietos, son muy díficiles de manipular. Porque eligen pensar y discutir. Porque son jóvenes y resisten la disciplina.