domingo, 17 de febrero de 2013

El podador serial. Más desrame, más seguridad.

Buscando una foto para ilustrar el texto, encontré ésta, de enero de 2010. La nota  dice que es en una plaza de Saavedra. Dice que el gobierno de la ciudad  ya había intervenido más de 100 mil árboles, en el marco del Plan Maestro diseñado para planificar y gestionar una política pública de arbolado para los próximos 50 años. 
Contra lo que se supo siempre (digo, por lo menos yo lo se cómo un saber popular) de que las plantas se podan, o se trasplantan en invierno (otro saber popular dice, en los meses sin r) Mauricio siempre prefirió podarlas en primavera o verano (será lo que le aconseja su experto oriental). Se ve que lo hace desde 2010. Se ve que en el marco del Plan Maestro. Los objetivos de dicho plan son que el arbolado sea seguro y funcional. Según esta misma página  durante el verano sólo se realizan las intervenciones consideradas urgentes, ya sean árboles en riesgo de caída o acciones tendientes a mejorar la seguridad (despeje de luminarias, semáforos y invasión de propiedad privada) y limpieza (poda de ramas secas).   Por cierto, copio de allí mismo los beneficios del arbolado urbano: 

  • Mejora la calidad del aire que respiramos
  • Actúa como pantalla suavizando los ruidos
  • Aplaca las altas temperaturas
  • Reduce la polución atmosférica
  • Disminuye el riesgo de inundaciones
  • Atenúa los vientos
  • Actúa como refugio de la fauna urbana
  • Preserva la memoria histórica
  • Embellece las calles porteña


Mi intención con este texto, no es únicamente criticar la política medio ambiental del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Lo mismo que pasa en esta ciudad, pasa en otras. 

En la ciudad de Junín, el municipio sacó todos los tilos de la plaza principal (con el argumento de que estaban  ... ¿enfermos?) y puso nuevos. En la foto se ve, a la derecha, uno de los tilos que fueron cortados, y a la izquierda, uno de los nuevos.

Y permitió la extracción de muchos árboles de las calles, o bien no sancionó a quienes lo hicieron sin permiso.


Ahora, la historia personal.  La casa en la que viven mi mamá, mi hermano y mi abuela, en Junín, está al comienzo de un bulevar que tiene,en toda su extensión (unas viente cuadras) tilos. En el frente de esa casa siempre hubo dos tilos, uno de ellos en el límite con la casa del vecino. Este señor, un juez jubilado, que también está allí (en la casa de al lado) desde hasta 43 años, antes del verano y por su propia cuenta, cortó el tilo, y rellenó el agujero con cemento, para que nadie pudiera plantar otro.  Lo hizo por lo mismo que Macri, por seguridad, para que no haya sombras sobre su casa. Mi abuela tiene 92 años y vive en planta alta. El tilo protegía la ventana de su comedor durante todo el verano. Ahora padece diariamente los rayos de sol que llegan, inclementes, hasta su mesa, el lugar donde pasa la mayor parte de su tiempo.  ¿Vale la "sensación de seguridad" que le aporta a mi vecino, el ex juez, la vereda despejada, el padecimiento de mi abuela? 

Para mí, los árboles son sagrados. Pero sobre todo son sagrados los árboles de las ciudades. Porque aportan todos esos beneficios que dice la página de Mauricio.