miércoles, 18 de diciembre de 2013

Michelle va



Varias notas, comentarios declaraciones y otra yerbas, sobre Bachelet, me parecen sencillamente de mala leche. Seguramente se podría hacer un análisis más riguroso, tener en cuenta distintas variables, comparar con su anterior gobierno, etc. Pero lo que me parece es que son comentarios mezquinos, que anticipan lo que ellos suponen un seguro: vieron, yo sabía. ¿sabían qué? que en realidad no quería ... que no iba a poder ... que era la continuidad.

Lo que yo creo es que esta Michelle no es la misma de su anterior gobierno por varias razones, algunas políticas y otras no:
Es más vieja, y aunque eso parezca poca cosa no lo es.
Aquella vez ella no quería ser presidenta, y ahora sí.
Tiene un mandato anterior, en el que ella sabrá que cosas que quería hacer, pudo, y cuáles no.
Dijo claramente lo que quiere hacer: lo dijo que el día del lanzamiento de su candidatura en la comuna de El bosque, y lo siguió diciendo durante toda la campaña. Y lo siguió diciendo esta semana. Y eso son tres cosas: reforma de la constitución, reforma educativa, reforma tributaria.

Algunos comparan un presunto medio decir de Bachelet con el decir preciso de Cristina. Parece que ese medio decir fuera lo que le dio el alto apoyo que tiene en la población.
Creo que es muy peligroso atribuir a esa posición (supuestamente) ambivalente el rédito de su imagen positiva. Creo que como posición política, hay que hacer hincapié en que es su clara definición en relación a los objetivos de su gobierno lo que hicieron que juntara los votos para ganar.

Hay que tener cuidado, de no convertirse en el agente de lo que se denuncia.



http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/235895-66155-2013-12-18.html

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-235814-2013-12-17.html

sábado, 24 de agosto de 2013

Vuelta a la peluquería




Hace unos días, después de las PASO, Cristina mencionó a Eduardo Duhalde  y a su esposa, Chiche en un twit. Y esa sóla mención fue como insuflarle vida a un cuerpo hace tiempo inanimado.

Chiche, ni lerda ni perezosa  dijo: ésta es la mía. Porque Chiche hace política desde hace años. Y lo que dijo no fue un exabrupto que demuestra que es de la época de las cavernas, lo que dijo fue un calculado acto político.

Chiche dijo: "debería completarse, en el debate nacional, si  la mujer está preparada per se, con sus características, sus condiciones y convicciones, para la política, o si simplemente va a acompañar el proyecto de alguien". La ex senadora llegó al extremo de plantear que "en la Argentina, para nuestro género va a ser muy difícil alcanzar altos estamentos en la actividad política después de esta nefasta experiencia", y añadió que la Presidenta "se maneja más por su lóbulo emocional que por el racional; no nos hace quedar muy bien a las mujeres".

Las críticas que despertaron estas declaraciones acentuaron la capacidad de la presidenta, el caracter racista de las declaraciones, el machismo ...

Yo creo que Chiche hizo una jugada política. Rol de la mujere puesto en cuestión por una mujer, decir lo que ningún hombre podría decir.

Una mujer debe acompañar el proyecto político de alguien, dijo. Chiche pretende hacernos creer que eso es lo que ella hizo. Y que Cristina podía mientras tenía un hombre al lado. En ambos casos creo que se trata de proyectos de dos.



En el Congreso del PJ en Parque Norte en marzo del 2004, Chiche había dicho que estaba orgullosa de ser portadora de apellido, pero que se había roto el alma y otras partes del cuerpo para ganarse un lugar en la conducción del PJ.  Aquello había sido un festival de abucheos y silvatinas. Le respondía, con estas palabras,  a la Senadora Cristina Fernández de Kirchner, que había dicho que el PJ debía “dejar de darle lugar únicamente a las mujeres portadoras de marido”. Según las crónicas, una amplia mayoría de los congresales vivaba a Chiche y abucheaba a Cristina. Cristina, conmocionada había amenazado: "No es la primera vez que no me dejan hablar, pero quizás sea la última vez que nos encontremos".

La respuesta de  Chiche fue “No podemos dejar una puerta abierta para que ningún compañero trasnochado crea que puede tener un proyecto serio fuera del justicialismo”. La única estrategia para cerrar esa puerta, fue la descalificación.

Aquella reunión es recordada porque Aníbal Fernández la calificó como de alta peluquería. Esa frase parece referirse a la discusión entre dos mujeres, sin embargo quizás Anibal se refería al Congreso en su conjunto. Pero, ¿eran en realidad, en aquel momento, discusiones sin importancia? Además de los lugares de conducción del PJ (que el Kirchnerismo perdió) el debate de fondo fue la posibilidad de mantener o no el funcionamiento partidario, mantener un proyecto político en el marco del partido, o no.

El Kirchnerismo desde entonces se ha nutrido de otras corrientes, y aunque algunos consideren que la transversalidad ya no existe, sirvió para ampliar la base de sustentación del gobierno, y se mantiene a través de sectores que nunca se han reivindicado peronistas, ni lo harán en el futuro. Sin embargo su mayor caudal, tanto electoral como institucional, es peronista.

En estos días, luego de la victoria de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires, Chiche nos invita a volver a la peluquería. Y la discusión, y quizás el desafío hacia adelante, es el mismo que en el Congreso del 2004. ¿Es posible mantener un proyecto político por fuera de lo que Chiche entiende como peronismo?

Yo creo que no sea a  nuestro género al que  le cueste mantener el territorio conquistado, sino a los sectarios, nostálgicos del patriarcado, y a las mujeres que no por falta de inteligencia, deciden serle funcionales.



Fuentes:
 http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-33333-2004-03-27.html
 http://www.telam.com.ar/notas/201308/28960-fuerte-repudio-a-chiche-duhalde-que-puso-en-duda-la-capacidad-de-las-mujeres-para-ejercer-la-politica.html
 http://www.lanacion.com.ar/586759-las-discusiones-fueron-de-peluqueria

viernes, 23 de agosto de 2013

Dos mujeres, pocas mujeres



 Publicado en la revista La Unidad Nro 10/2013


En Chile, dos mujeres compiten por la presidencia. Esa parece ser la noticia. Aunque los caminos de cada una para llegar hasta ahí, y principalmente sus ideas, son bien diferentes.
El liderazgo de Michelle Bachelet en la Nueva Mayoría es indiscutido desde la culminación de su mandato anterior. Un mandato en el que había logrado mantener una muy buena imagen y que la ubicaba en un lugar de privilegio, con posibilidades de volver a postularse y recuperar el gobierno, una vez que Sebastián Piñera terminara su presidencia.
A partir de mayo de 2013, cuando se resolvió la candidatura de Bachelet, el apoyo que fue recibiendo no hizo más que consolidarse, con una muestra clara de ello en la histórica participación de los ciudadanos en las elecciones primarias. Casi tres millones de personas participaron de una elección en la que Nueva Mayoría duplicó los votos de la coalición gobernante, y Bachelet logró vencer con más del 70% de los votos.
La historia de la candidatura de Evelyn Matthei ha recorrido vías distintas. Luego de varios traspiés en la definición del candidato que representaría a la alianza de gobierno en las elecciones de noviembre, y de la victoria de Pablo Longueiras en las primarias; el candidato triunfante  renunció. En un marco de mucha confusión, la derecha resolvió postular a una mujer, con la expectativa de que compitiera en mejores condiciones con Bachelet, y con el objetivo, según reconocieron en su partido, de licuar la ventaja de la ex presidenta por ser mujer.
A partir de esta postulación, basada en una primera y básica simetría de género, con cierto facilismo se comenzaron a establecer otras similitudes que pretenden construir un imaginario opaco: ambas tienen aproximadamente la misma edad, sus padres fueron generales de la Fuerza Aérea (aunque con historias y destinos diferentes) y se conocen desde chicas, entre otras “coincidencias”.
En un escenario en el que una candidata consolidada se enfrentaba a un manto de confusión, peleas y depresiones, la alianza gobernante logró instalar su estrategia al posicionar la campaña presidencial como una competencia entre mujeres, idea que  rápidamente tuvo amplia acogida en los medios de comunicación.
Pero, ¿cuál es la novedad? ¿Por qué, al menos en el terreno discursivo, esta estrategia ha causado efecto? Presentar la candidatura de dos mujeres como novedad pretende resaltar la excepción, porque dos mujeres son aún pocas mujeres.
Las primeras declaraciones de Bachelet posteriores la postulación de Matthei tuvieron como meta romper esa idea, establecer la distancia que la separaba de su contrincante. "No se trata de una campaña entre dos mujeres. Se trata de una campaña de proyectos políticos distintos de país. Una campaña que yo represento y que es el cambio, y otra que representa la continuidad de las políticas de este gobierno", afirmó Bachelet en La Cisterna en agosto de este año.
Mas allá de los buenos resultados aparentes, esta situación no pone en riesgo las chances de Bachelet, que le hace frente rompiendo la ilusión de similitud de la cual la derecha vampira pretende chupar rédito. Apuesta a la discusión de ideas, manteniendo los tres ejes anunciados en la primera etapa en el marco de las elecciones primarias: la reforma educacional, la reforma tributaria y la nueva Constitución; cambios estructurales ante los cuales Matthei se ubica a cientos de kilómetros de distancia.
Pero también es cierto que la campaña de dos mujeres por la presidencia pone en juego otras cuestiones que pueden significar una verdadera oportunidad que ninguna mujer que esté en la política puede desoír. Aunque el padrón electoral femenino constituye el 53%, en Chile, las mujeres ocupan sólo el 12,7% de los lugares de representación popular. La razón de esto radica en que el país vecino aún no tiene una Ley de cuotas (o cupos), a pesar de que a lo largo de los años se han presentado varios proyectos, y de contar con el apoyo explícito de Michelle Bachelet durante su presidencia.
Sin embargo, sí han avanzado por otro camino. A partir de este año, al interior de su organización, el Partido Socialista de Chile ha establecido un sistema de representación paritaria. En esta materia, los países nórdicos son quienes más resultados han logrado mediante modificaciones al interior de los partidos políticos, logrando una representación parlamentaria de más del 40%. También la Argentina es un buen ejemplo de acciones para visibilizar a las mujeres en los ámbitos políticos, cuya Ley de cuotas fue la primera norma de esa naturaleza en ser aprobada en América Latina, en el año 1991.
Con el triunfo de Michelle Bachelet en noviembre, su presidencia se sumará a las de las otras mujeres que están gobernando en América Latina: Cristina Fernández, Dilma Rouseff, Laura Chinchilla… Cuantas más sean, más difícil será sostener que se trata de una excepción. Cuantas más compitan por lugares ejecutivos o legislativos, más difícil será creer que hay unas pocas con capacidad, vocación o formación suficientes. Cuantas más juguemos el juego todos los días, en todos los niveles, más igualitarias serán las reglas, más claras, más “naturales”. Más excepcionales las discriminaciones, más innecesarias las acciones positivas, como las leyes de cuotas o cupos. Más invisibles las cuestiones de género, más claras las diferencias de ideas.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Reuniones en Santiago

 

Las compañeras de Unidad Socialista Para la Vvictoria,  Florencia Carril y Laura Tortoriello estuvieron en Santiago de Chile el 24, 25 y 26 de julio, invitadas por la Asociación Chilena de Municipalidades, para participar en el Seminario Internacional sobre Seguridad Pública Municipal: “Violencia, territorio y Barrios Críticos”. Florencia Carril presentó allí una ponencia  sobre los cambios en materia penal juvenil que implicó, para el sistema argentino, la sanción de la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26.061-Año 2005). Con el objetivo de analizar los logros alcanzados y poner en perspectiva los desafíos pendientes en la construcción de un sistema penal basado en la seguridad como derecho humano fundamental de toda la comunidad. 

Por otro lado, también participaron de una reunión en la Sede Central del Partido Socialista de Chile con Carola Rivero, Vice-presidenta de la Comisión de Asuntos de la Mujer, miembro de la Mesa Directiva del PSCH y de su Comisión Política; y Paula Mendoza, concejal de la municipalidad de Ñunoa.  Allí intercambiaron experiencias sobre la participación de las mujeres en la política, las dificultades y los avances. El PSCh ha incorporado este año la participación paritaria por género entre  sus autoridades partidarias.  La Argentina, que fue el primer país de América Latina en aprobar la Ley de cupo por género, en 1991, tiene en el tema una larga experiencia para transmitir.

viernes, 24 de mayo de 2013

Alfredo

A veces me olvido, porque uno se acostumbra y parece que siempre estuvo en el mismo lugar. Pero si estoy acá, es por Alfredo. Después vino lo demás, después vinieron los demás. Pero si vine, fue por Alfredo.

A veces me olvido, porque antes estaba lejos. Cuando me vine a Buenos Aires, él justo se había ido.

Alfredo siempre fue un prócer, un héroe, alguien que estaba en un lugar protegido. Sin embargo estar con él era todo lo contrario del bronce, no había distancia con los demás.

En estos días que se le hicieron homenajes, algunas cosas puntuales lo traen de vuelta: la risa, la valentía, los chistes. Esas cosas, más que las alabanzas y los reconocimientos.

Todos tenemos anécdotas, todas son graciosas, a todos nos gusta contarlas y escucharlas, y reírnos. Son distintas a los de cualquiera.
Alfredo parecía nunca tener miedo, jamás tenía vergüenza.  Nadie era nadie especial y cualquiera era cualquiera, él era cualquiera: un maestro de grado.

 Todos iguales, siempre, en cualquier lugar, en cualquier momento.

Cuando hablamos de él, recuperamos algo de la frescura que transmitía, nos divertimos, nos sentimos orgullosos. Nos acordamos que muchos llegamos hasta acá por Alfredo.


martes, 2 de abril de 2013

Los días tristes de abril

Porque yo tenía 15 años en el 82 y los que se morían tenían 18, 20. Porque se morían de frío en nuestras caras, mientras nosotros desayunábamos café caliente para ir a la escuela. Gómez Fuentes nos contaba por ATC  que íbamos ganando. Vino el papa. El canciller cojo recibía la solidaridad de américa latina, el mediador neutral del norte iba y venía. Y los pibes allá, se morían de frío.
Los profesores no sabían qué decir, entonces no decían nada. Por supuesto esto me indignaba. La indignación no se me fue más.
Pierina Dealessi se sacó los aros y se los dio a Pinky. Mucha gente donó muchas cosas para que no tuvieron tanto frío, pero las cosas nunca llegaron.
Hundieron el Belgrano, y Alberto Argibay lloraba en cámara. Y los chicos se ahogaban, o tenían tanto frío.
y nosotros íbamos a la escuela, estábamos abrigados, tomaban café con leche caliente. Comprábamos chocolates para ellos y los mandábamos en cajas que nunca llegaron.
Se terminó un día horrible y aliviador, podrían volver y abrigarse.
Pero nunca más pudieron abrigarse, todavía ahora tienen frío. Algunos murieron de frío muchos años después.

jueves, 14 de marzo de 2013

Crónica


Lo que pude reconstruir hasta ahora

Karen, 17 años, atiende un kiosco, cruzando la plaza una cuadra de la comisaría. Está con una amiga. A las 4 de tarde hubo tremenda tormenta en Junín. La zona de Villa Belgrano se inundó. Karen y su amiga pasaron la tarde sacando agua del kiosco. Cerca de las 22, no hay luz en la calle.
Entra el ladrón encapuchado. Karen le da lo recaudado (¿cuánto puede ser de una tarde de inundación?) y saca una picana. ¿Por qué tiene una picana? Porque el dueño del  kiosco es policía y se la dio para que se defienda. Cuando el ladrón ve la picana le dispara, le da en el pecho. Karen cae, pero no está muerta.  Su amiga sale gritando a la vereda. El que pasa es Pajarola (un tonto o quizás un loco, seguro un puto, del barrio). Le pide que cruce la plaza y llame a la policía. Llama por celular a su madre que está a 10 cuadras. La mujer llega y la policía aún no llegó ¿por qué? Porque no le creyeron a Pajarola. Finalmente llegan, caminando. El ladrón escapó en moto, ya debe estar muy lejos.  La ambulancia también tarda, pero está más lejos.  Se llevan a Karen al hospital, donde ingresa al quirófano.
Mientras, se va congregando gente en el kiosco, frente a la plaza, a una cuadra de la comisaría. Llega el dueño del kiosco, desesperado. Mientras esperan noticias de Karen,  insulta a los policías: no sirven para nada, son coimeros, inútiles … él es de la científica, él le dio la picana a Karen.
A las 23, cuando hay muchos vecinos del barrio esperando novedades, cuando la noticia ya ha aparecido en algunos medios on line y por lo tanto circula en las redes sociales  (yo misma estaba conectada y fui viendo cada momento) llega la noticia de que Karen no resistió la operación, que ha muerto.
Los vecinos tardan menos que la policía en cruzar la plaza.  Con bronca y dolor reclaman lo único que les queda por reclamar: justicia. Convocan por las redes sociales a sumarse a ellos en la plaza.
Llegan el fiscal y el director de seguridad municipal. Varios de los testigos decían quien era el asesino, quien el que manejaba la moto. En un momento sale el fiscal  y la gente lo interpela. El tipo les dice: no me rompan las pelotas, no les voy a decir nada!. Dicen que tenía olor a alcohol, que venía de un asado. Yo no se, yo no estuve ahí. Como respuesta a esta bravuconada le prenden fuego el auto.  Aprovechando el impulso, prenden un patrullero, y los autos que están secuestrados en la puerta de la comisaría. Tiran piedras a la comisaría. Y destrozan la delegación municipal, que también está frente a la plaza. Desde más temprano convocaron para una marcha el domingo a las 20, en el mismo lugar.
El jueves anterior se había realizado una marcha por la seguridad. Había habido muchos robos, parece. Eso dicen los diarios locales de los últimos días. En la marcha del jueves hubo 200 personas. En la concentración del domingo había 3000. Yo no estaba: pedir seguridad junta gente con distintos intereses e inquietudes. Me da miedo terminar pidiendo mano dura.
Exactamente a las 20, hora de la convocatoria, un compañero puso en el twitter: tremendo, la policía está reprimiendo. Algunos estaban tirando piedras. La familia de un muchacho asesinado hace algún tiempo, un muchacho pobre, son los que levantaron las vallas, que supuestamente protegían la comisaría.  A mí me parece obvio, si la noche anterior  quemaron 4 autos. La comisaría es una ratonera: una esquina antigua, pequeña. Hay 10 efectivos adentro, abandonados a su suerte.
En la cuadra que separa el kiosco de la comisaría, estaban instalados los móviles de todos los canales nacionales. Bah, los canales de Buenos Aires.  Por uno de esos canales, veo las imágenes de la policía tirando balas de goma, y de la gente cada vez más enardecida. Una bala le da a un señor  que va de espaldas de la comisaría hablando por celular. El señor cae redondo al piso. Para esa altura ya habían cortado la luz de la plaza y de varias cuadras a la redonda. Voy a la plaza porque no quiero que me lo cuenten, quiero verlo. Nos acercamos por la calle oscura, y nos vamos cruzando gente que vuelve de la plaza. Pero no es que se van, van a seguir en la municipalidad.
Yo sigo hacia la plaza de villa. En la última cuadra hay muchas motos en la vereda. Hay una corrida, desalojan la plaza con gases lacrimógenos (otros dicen gas pimienta). Los viejos, las madres con bebés se van. Los pibes, los jóvenes, se quedan, vuelven. Se alejan y vuelven. Son muchos, muchos. Son más de 300. Se suben a las motos, dan una vuelta y vuelven.
En la esquina donde estamos cuatro chicos le tiran piedras a 5 policías que están a 50 metros. Nos vamos.
Cuando pasamos por la plaza 25 de mayo, hay mucha gente. Todo está tranquilo. Habían llegado todos los que iban caminando. Hasta que vieron llegar una horda en motos que con el mismo ímpetu que tenían en la plaza de villa, se arrojan sobre la municipalidad a romper todo.  Solo hay imágenes de aficionados, porque los móviles no alcanzaron a moverse de un lugar a otro. Incendiaron las oficinas de la esquina, parte de la biblioteca municipal, varias puertas y ventanas.
Durante el camino que recorrieron, fueron rompiendo las cámaras ¿cómo las rompieron? Con un palo largo, de 3 metros. Y cuando encontraron el centro de monitoreo, lo destrozaron.
A las 3 y media de la mañana llegaron refuerzos de la policía bonaerense.
De a poco fue volviendo la calma. 

domingo, 10 de marzo de 2013

La ciudad de la furia

"Si un muchacho está dispuesto a matar o a morir por cuatro pesos, es porque no le importa nada, y si hay muchos jóvenes a quienes nada les importa, resulta del todo absurdo culparlos solo a ellos. Se puede estar seguros de que la sociedad no es inocente". Esto lo decía Jorge Rivas hace unos días en una exposición sobre Seguridad Democrática.

En Junín han ocurrido en los últimos meses, varias muertes, casi todas de personas muy jóvenes. Esto ha ido generando un clima de angustia y malestar creciente. Ayer murió una niña de 17 años, por un robo en un kiosco. Ella trabajaba ahí. El kiosco está a una cuadra de la comisaría II. No había luz en las calles, porque unas horas antes hubo una fuerte tormenta en la ciudad.

Cuando Karen murió, mucho gente se concentró en la zona de la comisaría, la misma del kiosco. Destrozaron autos, la delegación municipal, arrojaron piedras a la policía.

Junín no es una gran metrópoli, es una ciudad mediana, de menos de 100.000 habitantes. Creo que es desde lo local que las políticas de inclusión se pueden llevar adelante con mayor probabilidad de éxito. Complementando los planes sociales nacionales. Es desde lo local que se puede llevar programas barriales de capacitación e inclusión en el trabajo. 

Las otras cuestiones que me parecen indispensables son, la democratización de la justicia, para que los ciudadanos se sientan más cerca y más seguros del poder judicial; el cumplimiento de las leyes existentes (por ejemplo, control de la proliferación de armas de fuego en manos de cualquiera). Y corregir falencias de la institución policial para tornarlas más eficientes, y hacer que el accionar policial sea creíble y confiable, sin sospechar todo el tiempo que la policía está haciendo negocios con el poder político o con los propios delincuentes.

En este momento, mientras la gente vuelve a manifestar su bronca, la policía provincial, reprime.

domingo, 17 de febrero de 2013

El podador serial. Más desrame, más seguridad.

Buscando una foto para ilustrar el texto, encontré ésta, de enero de 2010. La nota  dice que es en una plaza de Saavedra. Dice que el gobierno de la ciudad  ya había intervenido más de 100 mil árboles, en el marco del Plan Maestro diseñado para planificar y gestionar una política pública de arbolado para los próximos 50 años. 
Contra lo que se supo siempre (digo, por lo menos yo lo se cómo un saber popular) de que las plantas se podan, o se trasplantan en invierno (otro saber popular dice, en los meses sin r) Mauricio siempre prefirió podarlas en primavera o verano (será lo que le aconseja su experto oriental). Se ve que lo hace desde 2010. Se ve que en el marco del Plan Maestro. Los objetivos de dicho plan son que el arbolado sea seguro y funcional. Según esta misma página  durante el verano sólo se realizan las intervenciones consideradas urgentes, ya sean árboles en riesgo de caída o acciones tendientes a mejorar la seguridad (despeje de luminarias, semáforos y invasión de propiedad privada) y limpieza (poda de ramas secas).   Por cierto, copio de allí mismo los beneficios del arbolado urbano: 

  • Mejora la calidad del aire que respiramos
  • Actúa como pantalla suavizando los ruidos
  • Aplaca las altas temperaturas
  • Reduce la polución atmosférica
  • Disminuye el riesgo de inundaciones
  • Atenúa los vientos
  • Actúa como refugio de la fauna urbana
  • Preserva la memoria histórica
  • Embellece las calles porteña


Mi intención con este texto, no es únicamente criticar la política medio ambiental del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Lo mismo que pasa en esta ciudad, pasa en otras. 

En la ciudad de Junín, el municipio sacó todos los tilos de la plaza principal (con el argumento de que estaban  ... ¿enfermos?) y puso nuevos. En la foto se ve, a la derecha, uno de los tilos que fueron cortados, y a la izquierda, uno de los nuevos.

Y permitió la extracción de muchos árboles de las calles, o bien no sancionó a quienes lo hicieron sin permiso.


Ahora, la historia personal.  La casa en la que viven mi mamá, mi hermano y mi abuela, en Junín, está al comienzo de un bulevar que tiene,en toda su extensión (unas viente cuadras) tilos. En el frente de esa casa siempre hubo dos tilos, uno de ellos en el límite con la casa del vecino. Este señor, un juez jubilado, que también está allí (en la casa de al lado) desde hasta 43 años, antes del verano y por su propia cuenta, cortó el tilo, y rellenó el agujero con cemento, para que nadie pudiera plantar otro.  Lo hizo por lo mismo que Macri, por seguridad, para que no haya sombras sobre su casa. Mi abuela tiene 92 años y vive en planta alta. El tilo protegía la ventana de su comedor durante todo el verano. Ahora padece diariamente los rayos de sol que llegan, inclementes, hasta su mesa, el lugar donde pasa la mayor parte de su tiempo.  ¿Vale la "sensación de seguridad" que le aporta a mi vecino, el ex juez, la vereda despejada, el padecimiento de mi abuela? 

Para mí, los árboles son sagrados. Pero sobre todo son sagrados los árboles de las ciudades. Porque aportan todos esos beneficios que dice la página de Mauricio.

domingo, 27 de enero de 2013

La gota que rebalsó el vaso

Fuentes de la investigación dijeron a Clarín que se trata de un hombre “primitivo, que no sabe leer ni escribir”. La Nación repite las mismas palabras para describir a Alberto Bonifacio Martínez, 72 años, peón, nativo de Copetonas, compañero de Rosa, que había decidido no tener hijos.

Dicen que habían discutido muchas veces. Que Marcos Pizarro lo trataba de manera altanera. Que él le había pedido que no le faltara el respeto, que podía ser su hijo. La Voz del Pueblo de Tres Arroyos dice que, llamativamente, los testigos justificaban la agresión.

Después del escopetazo, se sentó en el puesto a esperar a la policía.

El dijo que lo que pasó "quedó entre Pizarro y yo". Y se negó a declarar.

(clikeando sobre el nombre de los diarios se accede a cada una de las notas)

lunes, 21 de enero de 2013

Entrevsta a Julieta Paredes, del Movimiento boliviano Mujeres Creando


“De no ser por las mujeres no hubieran resistido ni tres días”

Julieta Paredes, de la Asamblea Feminista, autora del libro ‘Hilando fino desde el feminismo comunitario’ / Foto Emma Gascó
Emma Gascó y Martín CúneoLa Paz, Bolivia
(Publicado en Diagonal nº160)
Julieta Paredes fue una de las fundadoras de Mujeres Creando en 1992. Tras un agitado debate sobre cómo enfocar el trabajo de este colectivo, se integró en la Asamblea Feminista, donde sigue militando. Durante la primera presidencia de Evo Morales, trabajó durante dos meses para el gobierno realizando un plan en el que se pondrían en práctica muchos de los principios del “feminismo comunitario”. Según reconoce Paredes, aunque no hay voluntad política de cumplir con el plan, éste ya se está implementando en las comunidades gracias a las organizaciones sociales.[Traducción al francés: «Sans les femmes, ils n’auraient pas résisté trois jours»]
 DIAGONAL: ¿Qué es el feminismo comunitario?
JULIETA PAREDES: En la Revolución Francesa los hombres declaran los derechos de los hombres: libertad, fraternidad, igualdad, propiedad privada, ciudadanía o Estado nación. Las mujeres se quedaron al margen. Y ésa es la modernidad europea occidental; no es que haya nacido con la igualdad de las mujeres. A partir de ahí nace el movimiento feminista, en toda su razón europeo, occidental, norteamericano. Hemos luchado y sólo para los hombres. No. También las mujeres queremos nuestros derechos, pero los planteamos como derechos individuales. A los derechos individuales de los hombres, queremos los derechos individuales de las mujeres: propiedad privada, ciudadanía, divorcio…
Nosotras, en nuestro feminismo comunitario, partimos de otro lugar, porque nosotras no nos plantamos individualmente, nosotras nos plantamos lado a lado con los hermanos. Desde una identidad común planteamos una propuesta política, ya no individualista, sino de todos mis derechos en la comunidad, no mis derechos individuales. Eso presupone que nos reconocemos como parte de las mismas discriminaciones, opresiones y explotaciones que sufren nuestros hermanos, con la denuncia de que ellos en la comunidad se convierten en nuestros opresores y nuestros explotadores. El chacha-warmi, la famosa complementariedad andina, es una complementariedad jerárquica donde los hombres están sobre las mujeres. Compartimos las luchas con ellos, todas las luchas, pero denunciamos que en el interior de la comunidad ellos se convierten en nuestros patriarcas y patrones.
Si queremos una revolución y un proceso de cambio eso es lo primero que tiene que cambiar en la comunidad. No es suficiente culparle al Estado, al q’ara [blanco], al español, del machismo… Nosotras pertenecemos a nuestra comunidad, a nuestra identidad cultural, y desde ahí vamos a pelear, desde ahí vamos a defender nuestros derechos como mujeres que forman parte de la comunidad. Ésa es la matriz del feminismo comunitario.
D.: ¿Cuánto tiene este patriarcado de herencia prehispánica y cuánto de colonial?
J.P.: Nosotras hablamos de que ha habido un entronque patriarcal. Mis hermanos aymaras no se salvan porque igual eran patriarcas antes. Una prueba de eso es la negociación que hacían entre hombres en el espacio de las llamadas Vírgenes del Sol, utilizado para el servicio sexual, económico, político y educativo de las castas dominantes de los incas. Y esas hijas eran de los pueblos conquistados. Si antes de que llegaran los q’aras [los españoles] esto era un paraíso, como algunos hermanos dicen, ¿por qué no eran los hombres el botín de mediación e intercambio, por ejemplo, entre los aymaras y los incas?
Sin embargo, en el siglo XIII o XIV las mujeres acá estaban un poquito mejor que las mujeres en Europa en esa época, que no tenían tierra y no eran consideradas personas… Aquí sí, en las comunidades y en las castas dominantes eran consideradas personas. En la Europa del medioevo las mujeres dependían de los hombres; del padre pasaban al esposo. Aquí existía la patrilinealidad y la matrilinealidad, dos líneas tanto de tierras como económica… Había patriarcado, pero la situación de las mujeres estaba mucho mejor que en Europa. Nosotras siempre decimos “hemos venido de mejor a peor” con la invasión colonial, con el capitalismo, con la modernidad. ¿Cómo que nos anda diciendo la ONU o la Unicef que hay que mejorar la situación de la mujer? Primero tendríamos que recuperar la situación en la que estaban nuestras tatarabuelas y de ahí empezar a mejorar.
Julieta Paredes fue una de las fundadoras del colectivo artístico y político Mujeres Creando / Foto: Martín Cúneo
D.: ¿Cómo cambia el colonialismo la situación de las mujeres?
J.P.: El colonialismo hace un pacto entre hombres para que las peores perjudicadas sean las mujeres. Nosotras planteamos que el entronque patriarcal crea un imaginario cómplice en nuestros hermanos, como si quisieran poder ser en algo como el opresor. Entonces empiezan a controlar a sus mujeres con la potestad que les dan los virreyes, los españoles, la iglesia. Por eso decimos que si vamos a descolonizar no lo vamos a conseguir si no hay una despatriarcalización.
Este dominio sobre las mujeres vuelve a quedar patente en la República y la revolución del ‘52, que supuestamente era un revolución liberal. Los títulos de la reforma agraria hacen dos traiciones: a la comunidad y a las mujeres. Son títulos individuales, pese a que las tierras eran comunitarias, y el hombre es el jefe de la familia, la mujer no cuenta. Las mujeres se quedan en el ‘52 sin tierra, cuando la lucha por las tierras también había sido una lucha de las abuelas.
Con ese entronque de los patriarcados los hermanos salen un poquito favorecidos. Ese poquito luego se consolida en los dominios y las responsabilidades personales de cada hombre en relación a su compañera o las mujeres que lo rodean. Es importante esta matriz de entender las cosas, porque no es solo el colonizador, aquí hay responsabilidades de cada hombre, de cada abuelo, de cada tatarabuelo traidor a la comunidad, traidor a sus hermanas.
D.: ¿Y qué ha ocurrido en los últimos años?
J.P.: Hay un sistemático ocultamiento e invisibilización de lo que es la participación política, económica y teórica de las mujeres. Y ese sistemático ocultamiento e invisibilización tiene como consecuencia que la comunidad hoy está tuerta, manca y coja, porque este lado que somos las mujeres [se tapa un ojo], por el patriarcado y el machismo, no está funcionando. Por lo tanto, los hermanos están mirando con un sólo ojo creyendo que lo miran todo. Nosotras tenemos esta otra mirada. Y ésta es la mirada, ésta es la mano y éste es el pie que le falta de la comunidad.
En este proceso de cambio la participación de las mujeres no es un favor, una concesión, una caridad que puede hacer el hermano Evo, el MAS o la Asamblea Plurinacional, es una obligación de toda organización y toda comunidad. Porque si no pasa lo que está pasando hoy. El proceso se tropieza, se cae, porque piensan que están mirando, pero se olvidaron del otro lado. Y de ese lado están viniendo los golpes, las corrupciones, los autoritarismos, las jerarquías… Esta visión y esta manera de entender es recíproca, no es complementaria. Se trata de poner la comunidad en su lugar: no son dos individualidades, es una misma, pero hoy está mal. Ese entronque patriarcal ha ido reafirmando a los hermanos arriba. Si los tatarabuelos dudaban un poco, eran un poco tímidos en su machismo, hoy son impunes. Les importa un bledo lo que dicen las mujeres, ellos discuten entre ellos, se cagan en lo que podamos decir. Son impunes y les importa un pepino.
Este proceso a las mujeres nos plantea el desafío de aportar sin renunciar a nuestra autonomía. Eso es el feminismo comunitario. Hemos creado esta otra manera de interpretar el feminismo, pero nos seguimos llamando feministas. Nuestro plan teóricamente es impecable, creativo, novedoso, pero no hay voluntad de cumplirse.
D.: ¿En qué consiste el plan para poner en práctica los principios del feminismo comunitario?
J.P.: Lo que se ve por los índices planteados por el propio capitalismo es lo que el capitalismo necesitaría de las mujeres en América Latina para servir mejor a la acumulación económica. Lo que nosotros hemos dicho es que nos negamos a esos índices. Nosotras hablamos de campos de acción y de lucha.
Hay un campo de acción y de lucha que es el cuerpo. No es la salud reproductiva, es el cuerpo. Ahí puedes discutir desde sexualidad, derecho a ser mamá, aborto, hasta los procesos existenciales e identitarios del blanqueamiento, porque es nuestra belleza, nuestros cuerpos son distintos como indígenas y eso hay que trabajarlo y valorarlo. Se trata de la descolonización más íntima. Luego está el espacio. Porque, ¿qué espacios tenemos las mujeres? Desde la tierra hasta los espacios de la casa, ¿realmente tenemos casa las mujeres? ¿o somos unas parias? Aquí también se puede hablar del espacio político. Otro campo de lucha es el tiempo, tiempo para trabajar… El trabajo doméstico es trabajo, no es amor, es trabajo, es tiempo. Si los hombres tienen tiempo es porque no hacen trabajo doméstico. Otro campo, el movimiento, tiene que ver con movimiento organizativo y autonomía organizativa política y social, autoorganización. Aunque estés formando parte de un movimiento grande como puede ser las Comunidades Interculturales o los cocaleros, tiene que haber la autonomía organizativa de las cocaleras. Y, por último, la memoria, que es ese largo recorrido de nuestra sabiduría y nuestras luchas heredades de nuestras abuelas, esa memoria larga….
No hay voluntad política para llevar adelante el plan, pero no cuentan con nuestra astucia, como dice el Chapulín Colorado, que somos las organizaciones sociales. Nosotras estamos caminando por todas las comunidades, hablando, construyendo, haciendo alianzas. Es el proceso pese a Evo, ojalá sea con él, porque hay que reconocerle sus méritos, pero el proceso es nuestro. Y estamos trabajando con las organizaciones de mujeres, con organizaciones de hermanos afines… Es un feminismo con nuestras comunidades, desde nuestras comunidades, haciendo entender peleando. Hay que trabajar con las mujeres. Son las organizaciones sociales las que vamos a garantizarlo, de hecho el plan ha sido ideado para esto…
D.: ¿Cómo se aplica el plan?
J.P.: Esto en la comunidad lo puede hacer cualquiera, cualquier hermana, aunque no sepa escribir. Con estos cinco campos de lucha, las mujeres de una comunidad se reúnen para hablar, por ejemplo, de un proyecto de gallinas… A partir de cualquier proyecto, ellas tienen que discutir cómo se van a ver afectados esos cinco campos de acción. Por ejemplo, el cuerpo de las mujeres en este proyecto ¿cómo va a estar? ¿Con qué tiempo se va a desarrollar? ¿Qué va a significar este proyecto de las gallinas si no se comparten las tareas domésticas? ¿Va a significar que si antes las mujeres dormían cuatro horas, ahora van a dormir dos horas? ¿Y no se trataba de mejorar acaso la situación de las mujeres?
Al haber hablado de cuerpo, si una compañera muere duele. Ya no es lo cínico de las estadísticas. Porque esta comunidad se ha fijado sus propios índices. Entonces el cinismo de la tecnocracia del desarrollo, de la planificación del desarrollo lo hacemos mierda con esto. Porque ahí los logros los sientes en la piel, porque es tu mamá, tu vecina, tu hija… Es otra concepción. Esto lo estamos enseñando, facilitando el proceso de aprendizaje de las hermanas, pero es un proceso lento.
D.: ¿Cuál fue el papel de la mujeres en las movilizaciones contra el neoliberalismo?
J.P.: En el año 2003 son las mujeres la principal fuerza política y de sostén cotidiano de la insurrección. La cotidianidad ha sido organizada por las mujeres en ollas comunes. ¿Cómo se ha organizado la compra, el trueque, las ollas comunes? A principio de 2005, estalla la otra crisis con el gobierno de Mesa. Lo que se hace es una pequeña insurrección y ahí los hombres ya eran famosos. La prensa internacional los había puesto en la cartelera, se habían puesto de moda y ellos no iban a dejar eso. En 2005, los hombres agarran toda la dirección. ¿Saben qué hacen? Toman la planta de Sinkata, de repartija del gas (antes no teníamos gas domiciliario). “Ni una garrafa de gas para la ciudad de La Paz ni a nadie. Bloqueo”. ¡Cojudos! ¿Cómo se iba a sostener un movimiento sin comida? ¿Cómo comes? Con gas. ¿Ves? [se tapa un ojo]. No saben, creen que todo se hace guerreando. Pero la revolución se sostiene desde distintos lados, no sólo es cuando aparece la tele… Y ahí estamos la mujeres. Si no hubiera sido por las mujeres no hubieran resistido ni tres días.

jueves, 17 de enero de 2013

Guardavidas en la laguna





Cuando hicimos la ordenanza de reglamentación del servicio de guardavidas, pensábamos básicamente en la laguna de Gómez. La adhesión a la resolución provincial implicó la obligación de los clubes y piletas públicas de contar con uno. Fue un gran escándalo, porque parecía que, en lugar de cuidar la vida de las personas, intentábamos generar un negocio para quienes podían desempeñar el oficio, perjudicando a los profesores de educación física y conduciendo a los clubes a la ruina misma. La "avivada" de los guardavidas era tener un buen convenio colectivo (los profesores de educación física resultaban mucho más baratos porque su trabajo de verano era un plus sobre su sueldo docente).  Cuando asumió Meoni, uno de sus altos funcionarios, me armó una reunión donde el conjunto de los dirigentes de los clubes de Junín (muchos) me increparon (otros concejales me acompañaron) pidiéndonos que derogáramos la ordenanza. No lograron eso pero le dieron un plazo de cumplimieto de 6 meses, lo que postergó la ejecución para el verano siguiente.
Ningún club se fundió desde el 2004 hasta ahora por pagar el sueldo exorbitante de convenio de un guardavida.
Todo esto es historia antigua. Pero viene a cuento por las declaraciones del Coordinador del equipo de guardavidas del Parque Natural Laguna de Gómez.
Entrar a dilucidar la pertenencia,  el dominio o la jurisdicción de las aguas donde se ahogó un turista hace unos días no me corresponde. Parece un tema de cierta complejidad jurídica.
Lo que me parece es que los actuales gestos del gobierno local se condicen con los antiguos, con los que conté al principio. La culpa del conflicto con los clubes era mía  porque yo había redactado la ordenanza (no importaba a quién se quisiera proteger). La culpa del riesgo en el río es de ... alguien más.
El turismo de la laguna parece ser un recurso importante para la ciudad: subaprovechado según mi opinión, pero aún así importante. Es un turismo popular, lo cual se acentúa al cobrar una entrada barata. El anfitrión debe cuidar a sus invitados. Tener baños dignos, tener un servicio de salud adecuado.
Si bien es cierto que no se puede cubrir toda la ribera con guardavidas, entonces tendrá que haber inspectores que impidan a la gente pescar donde está prohibido.
Puede haber fatalidades, pero debe existir la vocación de cuidar. Deberían tener el pudor de decir, hicimos lo posible por evitarlo, lo lamentamos mucho. No culpabilizar a las víctimas.



jueves, 10 de enero de 2013

Fragmento de La estructura del iki. Reflexiones sobre el gusto japonés

Comparto unos fragmentos del libro de Kuki Shûzô publicados en Página/12 antes de la publicación del libro por la editorial Cuenco de Plata.



         Torii Kiyonaga "Tres bellezas luego del baño"


Es marca distintiva del iki el vínculo de “atracción” (bitai) entre los sexos. La relación con el otro sexo constituye el existente original, ilustrado por la expresión “asunto iki” (ikigoto), que remite a “asuntos de amor”. Del mismo modo, cuando hablamos de una “historia iki” nos referimos a las relaciones entre un hombre y una mujer. Se habla de una “historia iki” y de un “affaire iki” aludiendo a una relación con el otro sexo que se sale del marco de las relaciones habituales. Es el caso del relato de Chikamatsu Shûkô, “Cosas iki” (ikinakoto), cuyo tema es “la manutención de una amante”. No podemos por lo tanto imaginar una relación específica con el otro sexo que no tenga como premisa la “atracción”. Dicho de otro modo, la condición necesaria para los “affaires iki”, cualquiera sea el significado que demos a dicha expresión, es la atracción (bitai).
¿Qué es entonces la “atracción” bitai? Es una actitud dualista que configura toda relación potencial entre personas de distinto sexo, dando por sobrentendido que el yo monista presupone la oposición con el otro sexo. Así, los términos vinculados al iki como “seductor”, “provocador”, “erótico”, sólo expresan la tensión que tiene como fundamento la dualidad potencial. En cambio, lo que se designa como “distinguido” (jôhin) carece de ese carácter dual. Dado que la potencialidad de la dualidad es lo que determina el existente original de la atracción (bitai), cuando dos personas de distinto sexo desarrollan una unión perfecta donde la tensión se disipa, la atracción de por sí desaparece. Dado que la supuesta finalidad de la atracción es la conquista del otro sexo, una vez alcanzado el objetivo su futuro inmediato es disolverse. Nagai Kafû escribe en Placer (Kanraku): “Nada más patético que una mujer a quien se conquistó después de haberla deseado largamente”, y siente “hastío, decepción y aversión” ante la evanescencia de la atracción una vez alcanzado el apogeo. Por este motivo, es característico de la atracción la persistencia de la dualidad, es decir la “búsqueda de la posibilidad por la posibilidad misma”, que constituye la esencia de Placer.
No obstante, el grado de intensidad de la atracción no disminuye al reducirse la distancia que separa al hombre de la mujer. Por el contrario, el acercamiento aumenta la intensidad. En Perla indestructible (Fue no shiratama), de Kikuchi Kan, en el capítulo “Atracción” se describe la siguiente escena: “Katayama intentaba avanzar lo más rápido posible a fin de aumentar la distancia que lo separaba de Reiko. Pero cuanto más intentaba alejarse, más se acercaba Reiko, con largos y ágiles pasos, al punto de caminar casi tocándolo”. El principio de atracción reside en acercarse reduciendo la distancia al máximo y manteniendo el mínimo distanciamiento. La atracción es, en consecuencia, puro potencial dinámico.
Aquiles, “con largos y ágiles pasos” persigue indefinidamente a la tortuga, y da origen a la paradoja de Zenón. En su forma cabal, la atracción debe ser la posibilidad dinámica dual entre los sexos, llevada al límite de lo posible. El nómada que persevera en la “finitud continua”, el malvado que se regodea con el “mal sin límites”, Aquiles que no deja de perseguir lo “ilimitado”; sólo ese tipo de hombre conoce la verdadera atracción. Es esta atracción la que define el atractivo sexual o erotismo, nota dominante del iki.
El segundo elemento constitutivo del iki es “la disposición de ánimo, la valentía” iki; dicho de otro modo, el “coraje”, ikiji. Los ideales morales de la cultura Edo (1600-1868) se reflejan con nitidez en el iki, que es el modo de vivir en tanto fenómeno de conciencia. Se inscribe en el espíritu de la gente de Edo como punto de inflexión. El verdadero hijo de Edo se vanagloriaba de que “la gente poco refinada y los fantasmas no vivían al este de Hakone”. Admiraba a los “caballeros” considerados como “la flor de Edo” y personificados en los bomberos de la capital, “siempre dispuestos a arriesgar la vida”, y en los carpinteros de obra, “que únicamente llevan unos tabi y una chaqueta corta aun en pleno invierno”.
En el iki debe rastrearse “el amor propio de Edo” y “la gallardía provocativa de Tatsumi”. Requiere también temperamento y dignidad incólume, que se transparentan en “coraje”, “valentía” y “audacia”. Una canción dice que “lo yabo debe arder en la hoguera fuera de la cerca, tras competir con la seducción, la valentía y el coraje”. El iki es una atracción, pero también puede ostentar una actitud de rebeldía ante el otro sexo. Sukeroku, que lleva una “cinta color púrpura de Edo” simbolizando “lazos iki”, busca camorra exclamando: “Eh, muchacho, atrévete a mirarme a la cara”. La cortesana Agemaki, de la casa Miura, alabada por su “delicada tez color flor de cerezo”, da muestras de audacia y capacidad de reacción al enfrentar a Ikyû, el barbudo: “Discúlpame, pero estás hablando con Agemaki. Ni aunque fuera ciega podría confundirte con Sukeroku”. Estas palabras expresan “una personalidad iki, dueña de pasión y coraje”. Esto también podría valer para las cortesanas Takao y Komurasaki.
En el iki, el ideal del bushidô está vivo (ikite iru) y fortalecido. El espíritu del samurai que se pasea con “un escarbadientes en la boca y el estómago vacío” llevó a la gente de Edo a jactarse de “gastar toda su fortuna en un día” y “alardear de un imperturbable desprecio por las kekoro y las mizuten”. Era norma de los barrios de placer comprender que a una cortesana no se la compra con dinero, sino haciendo gala de coraje (ikiji). “Desprecian el dinero; por eso no lo tocan jamás, no conocen el precio de las cosas, no se quejan de nada. Actúan como si fueran hijas de nobles de la corte.” En esos términos se elogiaba a las cortesanas de la clase alta de Edo, llamadas tayû. Las cortesanas de Yoshiwara solían rechazar a los hombres ricos cuando éstos se mostraban groseros (yabo). Podían mantener lo prometido al verdadero amante, adoptando la máxima: “Si uno cae, pierde la reputación (...); de allí, preventivamente, la intención secreta del dios de apretar el cinturón de las cortesanas”.
La particularidad del iki es que el coraje (ikiji) surge del idealismo y espiritualiza la atracción.

“Una nada lo rompe”

El tercer elemento constitutivo del iki es la resignación (akirame), la indiferencia del que se ha liberado de todo apego gracias a una comprensión profunda de su destino. Lo iki debe ser franco, simple, “lleno de cortesía”, y de un estilo elevado. ¿Pero cómo se logra semejante desapego?
La existencia de una sociedad específica, que establece un puente entre los dos sexos, ofrece innumerables ocasiones de sufrir desengaños. Isayoi no es la única en lamentarse en estos términos: “Nos encontramos muy pocas veces y ya habla usted de ruptura, estimado Seishin. ¿Acaso es usted un demonio bajo la apariencia de un Buda?”. Cuando la confianza que se entregó con toda el alma resulta una y otra vez traicionada, el corazón, fortalecido por el sufrimiento, no esperará ya la concreción de su anhelo. Al perder la confianza ingenua en el otro sexo, se rinde a la evidencia de que todo se paga. “A ese mundo se lo denomina ‘mundo flotante’ (ukiyo), ya que nada de lo que uno desea se cumple. De esta imposibilidad nace la resignación.” En ese mundo también se experimenta bonnô: “A causa de lo que hay de malo en el hombre, nos enfrentamos con su frialdad y su inconstancia”, y eso hace que el vínculo del amor sea “más delgado que un hilo, una nada lo rompe, una nada lo desata”. Surge entonces un pensamiento escéptico: “El corazón del hombre es como el río Asuka: el cambio incesante es habitual en nuestra profesión”, o pesimista: “En nuestro oficio no hay nadie a quien querer. En este vasto mundo, ningún cliente piensa en nosotras”. Quizás a esto se debe que sea más frecuente encontrar iki entre las geishas maduras que entre las jóvenes.
En suma, iki se sustenta en ese mundo de sufrimiento (kugai) donde “el cuerpo está a merced de las mareas, impedido de navegar libremente”. La resignación (akirame), que adopta en el iki un aspecto de impasibilidad, anida en un corazón pleno de cortesía, fortalecido por el sufrimiento experimentado en este mundo flotante y en esta “vida de amargura”, corazón impasible que posee el estilo elevado de quien desechó todo inútil apego a la realidad. Esta es la razón por la que “la gente tosca” (yabo) se convierte en iki luego de ser vapuleada por la vida”.
Cuando percibimos detrás de una sonrisa embaucadora leves rastros de lágrimas ardientes y sinceras, estamos en condiciones de captar la verdadera naturaleza de iki. Puede que el akirame de iki sea un estado de ánimo generado por la madurez y la decadencia que acarrea. Acerca de las experiencias y el saber crítico recogidos a base de iki, es probable que se trate más de una herencia cultural que de una adquisición individual. Como fuere, ambas vías son conducentes. iki expresa la resignación ante el destino, y la impasibilidad surgida de esa resignación. Así, en la concepción budista de la vida, el ciclo de las transmigraciones y la mutabilidad de las cosas (mujo) se consideran manifestaciones de la idea misma de desigualdad. Pero la resignación (akirame) reposa sobre la noción de vacío y de nirvana, y por lo tanto es capaz de inducir templanza ante el destino y resignación en la adversidad. Dentro de este contexto, subraya y aclara el punto de inflexión encarnado por el ie keiki (momento dinámico) del iki.

“La luna es mejor”

Resumiendo, la estructura del iki tiene tres momentos cruciales que determinan los caracteres étnicos e históricos: “la atracción” (bitai), que constituye su fundamento, “el coraje” (ikiji) y la “resignación” (akirame). El segundo y el tercer elemento parecerían incompatibles con el primero, ¿pero es así?
Como ya se ha mencionado, la existencia de bitai descansa sobre la potencialidad misma de la dualidad. Por su parte, la segunda característica, “el coraje” (ikiji), tiene su origen en el idealismo y acentúa la tensión y la resistencia de bitai, procurando mantener abierta la posibilidad en tanto posibilidad. En otras palabras, ikiji acentúa bitai, aumentando su luminosidad y resaltando sus aristas. Definir la potencialidad dual de la atracción (bitai) por medio del coraje (ikiji) es defender la libertad.
El tercer elemento, la “resignación”, tampoco es incompatible con la atracción. Cuando la atracción no alcanza la meta, permanece fiel a sí misma. Por esta razón no sólo no resulta ilógico que la atracción asuma la forma de resignación ante su objetivo, sino que además esta última se revela como el principio original de la atracción. La unión de resignación y atracción significa que el destino exige una completa devoción a la libertad, y, a la inversa, que la presuposición de lo posible esté determinada por la necesidad. Se trata de una afirmación por la negación.
En efecto, la atracción (bitai), en tanto forma de ser de iki, está determinada hasta su concreción por el coraje (ikiju), basado en el idealismo del bushido, y la resignación (akirame), que tiene como contexto el irrealismo del budismo. De ahí que iki sea la quintaesencia de la atracción. iki desprecia toda concepción barata de la realidad, y con audacia pone lo práctico entre paréntesis. Al respirar ese aire de trascendencia, se embarca en un juego con sus propias reglas, de modo neutro y desinteresado. En una palabra, se trata de la atracción por la atracción. La pasión, con toda su gravedad y ceguera, ya sea en su concreción o en su imposibilidad, se opone a todas luces a la esencia del iki.
El iki debe elevarse por sobre las coacciones del amor para cumplir con su carácter indiferente y libre. “Mejor la oscuridad que la luz de la luna”, refleja las tinieblas de un amor delirante. “La luna es mejor”, por el contrario, refleja un estado de ánimo iki, que no puede sino sacar de quicio al enamorado. “Por culpa de mi corazón vivo como un ser tosco (yabo) en ese mundo flotante e iki; la pasión se ha adueñado de mí.” Se produce aquí un claro enfrentamiento entre la necesidad de amor y el potencial trascendente del iki.
Cuando “una pareja que se jacta de ser iki” pierde el espíritu de autonomía en el que sólo es admisible “enamorarse por capricho”, termina quejándose: “Cuanto más te quiero, más pesa sobre nosotros la reputación de ser poco refinados (yabo)”.
“Una relación que dura el efímero instante de la flor del loto” es del orden del iki, pero “cuando el affaire es poco refinado (yabo) y los amantes se vuelven inseparables”, estamos muy lejos del iki.
No es de extrañar entonces que se burlen: “Usted ya no forma parte del mundo iki, es tan poco refinado como un samurai”.
Si “el fuego arde en el pecho como horno de techador”, ya no se puede aspirar a la “reputación iki de la geisha Koumé”. La embriaguez que Stendhal llamó amour-passion es ajena al iki. El seguidor del iki debe lograr el desapego de una vida dedicada a recoger helechos mientras se respira el aire suave del amour-goût (“amor-gusto”). Sin embargo, el iki no podría corresponderse con el rococó de “un cuadro donde todo, hasta la sombra, es color de rosa”. La tonalidad propia del iki sería el beige claro, “de un elegante hakama del remoto pasado”.
En definitiva, el iki debe alcanzar su concreción existencial a través de su causa material, la atracción (bitai), y su causa formal, el idealismo y el irrealismo religioso propios de nuestra cultura. El iki parece adoptar una autoridad suprema y ejercer el irresistible encanto que estas palabras ejemplifican claramente: “Engañada por un corazón iki, me aferro a él como a la verdad, aun cuando sepa que es mentira”.
Cuando en Une promenade au Japon, Kellerman dice de una mujer japonesa que “las europeas nunca podrán alcanzar el encanto (bitai) al que sucumbí”, podemos pensar que el autor experimentó la fascinación del iki.