sábado, 7 de enero de 2012

Del cupo a la paridad

Si las cosas que deben ocurrir ocurrieran espontáneamente, no sería necesario pensar correctivos.


 
En estos días estoy leyendo un libro de Isaac Asimov que se llama "Trilogía de la Fundación", escrito entre 1951 y 1952. El autor puede imaginar muchos matices de la vida cotidiana del Imperio Galáctico, pero el lugar de las mujeres es el mismo que tienen en su propia sociedad de mediados del siglo pasado. Hablando de uno de los planetas dice Asimov: "Kalgan estuvo siempre al servicio de los perfumados y elegantes caballeros de la corte imperial y de sus resplandecientes y lascivas damas; de los toscos y bulliciosos señores guerreros que gobernaban con mano férrea los mundos que habían conquistado a fuerza de sangre, y de sus desenfrenadas amantes; de los obesos y extravagantes hombres de negocios de la Fundación y de sus viciosas amigas". Compañeras del hombre. 


Parece que hemos avanzado mucho, sin embargo ...


Es cierto que tenemos presidenta, es cierto que Cristina hizo su propio camino en la política. También es cierto que lo hizo de la mano de un hombre. El  progreso ahí parece ser el haber caminado a la par, que él haya sido un buen compañero para ella. 


Tengo para mí que Cristina fue legisladora todos esos años, en parte por la Ley de cupo (es sólo un hipótesis), seguramente sumado a su vocación y a su capacidad para hacerlo.


Muchas mujeres estuvieron en contra de la Ley de cupo cuando fue aprobada (1991), considerando que tanto las mujeres como los hombres debían ganarse su lugar. En cierta forma la Ley trae consigo el peligro de que ese lugar vacío (el lugar de la mujer en la lista) sea ocupado por "una mujer cualquiera". Sin embargo, los beneficios son mayores que los perjuicios. En una nota de junio del 2011, al cumplirse 20 años de la promulgación de la Ley, Mariana Caminotti, investigadora del Conicet, dice que por un lado la participación de mujeres en los legislativos mitiga la brecha entre la igualdad formal y la igualdad real; y por otro lado  "favoreció la emergencia de voces expresivas de perspectivas sociales novedosas que instalan nuevos temas en la agenda parlamentaria, particularmente en materia de igualdad de género, defensa de derechos y cuestiones sociales".


Rashida Manjoo, relatora especial para las Naciones Unidas sobre la Violencia de Género, opina en una entrevista reciente, que está claro que si hubiera más mujeres en la política los temas de violencia de género estarían más presentes en la agenda de los gobiernos.


La Argentina fue el primer país en establecer una Ley de cupo mínimo de participación. Desde 1991 (en realidad se demoró hasta 1993 su implementación) varios países han incorporado leyes similares: Brasil, Costa Rica, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Panamá, Perú, República Dominicana, Honduras, México y Uruguay. Si bien hay otros ámbitos donde la disparidad es mayor, desde los cuerpos legislativos es desde donde pueden realizarse los cambios (por ejemplo con la Ley de cupo sindical).




 Por eso es necesario ir por la paridad de género,.planteada en las últimas Conferencias Sobre la Mujer de América Latina y el Caribe como una nueva meta regional. En este caso, ya no se trata de un correctivo, la paridad consagra la igualdad en la participación como un derecho.

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