Con respecto a la Argentina expresa que la mayor debilidad es la informalidad del 35% de la fuerza de trabajo (alta pero menor que el promedio regional) y dice que "políticas como la Asignación universal por hijo colabora a combatirla".
Algunas de las pobres críticas a esta política pública del gobierno, argumentan que la gente ya no busca trabajo porque total el gobierno les paga por seguir teniendo hijos. Esto se agrava con el anuncio de la extensión del beneficio a las embarazadas. Ahora, ¿a qué tipo de trabajo tenían acceso las personas que reciben actualmente la AUH? ¿Dejó alguien un trabajo en blanco con un sueldo digno? ¿o dejaron el trabajo precarizado, mal pago, sin beneficios sociales? ¿No será que que a aquellos que requieren trabajadores se les hace más difícil conseguir mano de obra barata?
En otra parte de la nota Tinoco agrega "Tenemos que lograr incorporar a todos en las redes de la seguridad social".
Y esto último es el acierto más importante de la AUH. Tal como el gobierno lo implementa, tiende a la universalización de las asignaciones familiares. Las muchas propuestas que diversos grupos políticos venían proponiendo desde hace más de 10 años, no lo planteaban con esta lógica. La propuesta que Carrió tomaba del economista Lo Vuolo decía que para ser universal debía ser cobrado por todos los niños del país, sea cual fuera su condición social. Esto en algún punto, hacía ruido, no parecía una propuesta justa.
La Asignación, tal como se está ejecutando en este momento, deja fuera un sector que, tarde o temprano deberá ser cubierta, que es aquella de los monotributistas o trabajadores informales que cobran por encima del salario mínimo. Para que el beneficio sea universal, éste debe extenderse a este sector hasta los que ganan por debajo del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias. Si bien los monotributistas cuentan con alguna cobertura de la seguridad social, su condición sigue siendo de cierta precariedad. Tal vez este sector se ve perjudicado por una gran cantidad de contribuyentes que "dibujan" sus ingresos y sus niveles de facturación para engañar al fisco, perjudicando al mismo tiempo que al estado recaudador, a quienes efectivamente facturan el mínimo, porque eso es el reflejo fiel de su trabajo. El control adecuado de la situación fiscal de los contribuyentes es la única solución para mejorar esta situación, que deja fuera un sector que debería convertirse en beneficiario de la AUH.
Dice Tinoco "...todavía no se trata de empleo de calidad ... pero ... mantuvieron la demanda interna". El consumo del mercado interno es tan importante como el volumen de las exportaciones, o más, para generar puestos de trabajo genuino en la producción primaria y en las industrias manufactureras. Mantener buenas condiciones de consumo interno aporta más sustentabilidad a las economías regionales, que buscar mercados externos donde colocar la producción o las manufacturas.
El último punto que es importante resaltar, que tiene que ver con un viejo reclamo de múltiples sectores, algunos de los cuales ahora se niegan a reconocer lo evidente, es que la Asignación no es un política clientelar. La política pública de la que estamos hablando se gestiona de una manera burocrática, en el mejor sentido de esta palabra; a través de una cadena impersonal de trámites idénticos en cualquier punto del país y para cualquier persona.
Tal vez parezca exageradamente positiva la mirada sobre la asignación, sin embargo, aún viendo sus limitaciones (el sector que queda por fuera, la persistencia de los niveles de desempleo) parece ser la única forma de establecer una base desde la cual poder mirar para adelante con las herramientas necesarias y adecuadas para enfrentar lo que venga.
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